Poema 8
Abeja blanca zumbas --ebria de miel en mi alma
y te tuerces en lentas espirales de humo.
Soy el desesperado, la palabra sin ecos,
el que lo perdió todo, y el que todo lo tuvo.
Última amarra, cruje en ti mi ansiedad última.
En mi tierra desierta eres tú la última rosa.
Ah silenciosa!
Cierra tus ojos profundos. Allí aletea la noche.
Ah desnuda tu cuerpo de estatua temerosa.
Tienes ojos profundos donde la noche alea.
Frescos brazos de flor y regazo de rosa.
Se parecen tus senos a los caracoles blancos.
Ha venido a dormirse en tu vientre una mariposa de sombra.
Ah silenciosa!
He aquí la soledad de donde estás ausente.
Llueve. El viento del mar caza errantes gaviotas.
El agua anda descalza por las calles mojadas.
De aquel árbol se quejan, como enfermos, las hojas.
Abeja blanca, ausente, aún zumbas en mi alma.
Revives en el tiempo, delgada y silenciosa.
Ah silenciosa !
Poema 9
Ebrio de trementina y largos besos,
estival, el velero de las rosas dirijo,
torcido hacia la muerte del delgado día,
cimentado en el solido frenesí marino.
Pálido y amarrado a mi agua devorante
cruzo en el agrio olor del clima descubierto.
aún vestido de gris y sonidos amargos,
y una cimera triste de abandonada espuma.
Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única,
lunar, solar, ardiente y frío, repentino,
dormido en la garganta de las afortunadas
islas blancas y dulces como caderas frescas.
Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos
locamente cargado de eléctricas gestiones,
de modo heroico dividido en sueños
y embriagadoras rosas practicándose en mí.
Aguas arriba, en medio de las olas externas,
tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos
como un pez infinitamente pegado a mi alma
rápido y lento en la energía subceleste.
Poema 10
Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.
A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.
Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.
Entonces, dónde estabas?
Entre qué genes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?
Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.
Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.
Poema 11
Casi fuera del cielo ancla entre dos montañas
la mitad de la luna.
Girante, errante noche, la cavadora de ojos.
A ver cuántas estrellas trizadas en la charca.
Hace una cruz de luto entre mis cejas, huye.
Fragua de metales azules, noches de las calladas luchas,
mi corazón da vueltas como un volante loco.
Niña venida de tan lejos, traída de tan lejos,
a veces fulgurece su mirada debajo del cielo.
Quejumbre, tempestad, remolino de furia,
cruza encima de mi corazón, sin detenerte.
Viento de los sepulcros acarrea, destroza, dispersa tu raíz soñolienta.
Desarraiga los grandes árboles al otro lado de ella.
Pero tú, clara niña, pregunta de humo, espiga.
Era la que iba formando el viento con hojas iluminadas.
Detrás de las montañas nocturnas, blanco lirio de incendio,
allá nada puedo decir! Era hecha de todas las cosas.
Ansiedad que partiste mi pecho a cuchillazos,
es hora de seguir otro camino, donde ella no sonría.
Tempestad que enterró las campanas, turbio revuelo de tormentas
para qué tocarla ahora, para qué entristecerla.
Ay seguir el camino que se aleja de todo,
donde no está atajando la angustia, la muerte, el invierno,
con sus ojos abiertos entre el rocío.
Poema 12
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
Poema 13
He ido marcando con cruces de fuego
el atlas blanco de tu cuerpo.
Mi boca era una araña que cruzaba escondiéndose.
En ti, detrás de ti, temerosa, sedienta.
Historias que contarte a la orilla del crepúsculo,
muñeca triste y dulce, para que no estuvieras triste.
Un cisne, un árbol, algo lejano y alegre.
El tiempo de las uvas, el tiempo maduro y frutal.
Yo que viví en un puerto desde donde te amaba.
La soledad cruzada de sueño y de silencio.
Acorralado entre el mar y la tristeza.
Callado, delirante, entre dos gondoleros inmóviles.
Entre los labios y la voz, algo se va muriendo.
Algo con alas de pájaro, algo de angustia y de olvido.
Así como las redes no retienen el agua.
Muñeca mía, apenas quedan gotas temblando.
Sin embargo, algo canta entre estas palabras fugaces.
Algo canta, algo sube hasta mi ávida boca.
oh poder celebrarte con todas las palabras de alegría.
Cantar, arder, huir, como un campanario en las manos de un loco.
Triste ternura mía, qué te haces de repente?
Cuando he llegado al vértice más atrevido y frío
mi corazón se cierra como una flor nocturna.
Poema 14
Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur?
Ah déjame recordarte como eras entonces cuando aún no existías.
De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo solo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
Tú estás aquí. Ah tú no huyes
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos.
Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes.
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.
Poema 15
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Poema 16
(Paráfrasis a R. Tagore)
En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces
y viven en tu vida mis infinitos sueños.
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios:
oh segadora de mi canción de atardecer,
Cómo te sienten mía mis sueños solitarios!
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.
En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.
Poema 17
Pensando, enredando sombras en la profunda soledad.
Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie.
Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas.
Campanario de brumas, qué lejos, allá arriba!
Ahogando lamentos, moliendo esperanzas sombrías, molinero taciturno,
se te viene de bruces la noche, lejos de la ciudad.
Tu presencia es ajena, extraña a mí como una cosa.
Pienso, camino largamente, mi vida antes de ti.
Mi vida antes de nadie, mi áspera vida.
El grito frente al mar, entre las piedras,
corriendo libre, loco, en el vaho del mar.
La furia triste, el grito, la soledad del mar.
Desbocado, violento, estirado hacia el cielo.
Tú, mujer, qué eras allí, qué raya, qué varilla
de ese abanico inmenso? Estabas lejos como ahora.
Incendio en el bosque! Arde en cruces azules.
Arde, arde, llamea, chispea en árboles de luz.
Se derrumba, crepita. Incendio. Incendio.
Y mi alma baila herida de virutas de fuego.
Quién llama? Qué silencio poblado de ecos?
Hora de la nostalgia, hora de la alegría, hora de la soledad.
hora mía entre todas!
Bocina en que el viento pasa cantando.
Tanta pasión de llanto anudada a mi cuerpo.
Sacudida de todas las raíces,
asalto de todas las olas!
Rodaba, alegre, triste, interminable, mi alma.
Pensando, enterrando lámparas en la profunda soledad.
Quién eres tú, quién eres?
Poema 18
Aquí te amo.
En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se descine la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco.
Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma esta húmeda.
Suena, resuena el mar lejano.
Este es un puerto.
Aquí te amo.
Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.
Poema 19
Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.
Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras
de la negra melena, cuando estiras los brazos.
Tú juegas con el sol como con un estero
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos.
Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca.
Todo de ti me aleja, como del mediodía.
Eres la delirante juventud de la abeja,
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga.
Mi corazón sombrío te busca, sin embargo,
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada.
Mariposa morena dulce y definitiva,
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.
Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: “La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos”.
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
La Canción Desesperada
Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.
Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!
Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!
En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.
Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio !
Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.
Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!
En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!
Hice retroceder la muralla de sombra.
anduve más allá del deseo y del acto.
Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.
Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.
Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.
Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.
Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!
Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.
Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.
Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.
Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.
Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.
Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en el cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!
Oh sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron.
De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste
de pie como un marino en la proa de un barco.
Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.
Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.
El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.
Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.
Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.
Es la hora de partir. Oh abandonado.
-
Poem 8
You buzz White Bee - Honey drunk in my soul
and you twist in slow spirals of smoke.
I am the hope, the word without echoes,
who lost everything, and that everything had.
Last moors, in you creaks my last anxiety.
In my barren land you're the last rose.
Ah silent!
Close your eyes deep. There flutters night.
Ah naked statue fearful your body.
You have deep eyes where random night.
Fresh arms and lap pink flower.
Your breasts are like white snails.
It has come to rest on your belly a butterfly shadow.
Ah silent!
Here solitude where you are absent.
It rains. The sea wind errant seagulls hunting.
Water walking barefoot through the wet streets.
Complain that tree as sick leaves.
White bee, missing, you buzz you still in my soul.
Revives in time, thin and quiet.
Ah silent!
Poem 9
Drunk with Turpentine and long kisses,
summer, the boat Roses lead,
twisted towards the death of the small day
grounded in solid navy frenzy.
Pale and lashed to my ravenous water
cruise in the sour smell of the naked climate.
still dressed in gray and bitter sounds
and a sad crest of abandoned spray.
I'm hard of passions, mounted on my one wave,
lunar, solar, hot and cold, sudden,
asleep in the throat of the lucky
white islands and sweet as cool hips.
Shiver in the wet night my garment of kisses
madly full of electric currents,
heroically divided into dreams
and intoxicating roses practicing on me.
Upstream, in the middle of the outer waves,
your body parallel to my arms
like a fish infinitely stuck to my soul
fast and slow in subceleste energy.
Poem in October
We have lost even this twilight.
No one saw us this evening hand in hand
while the blue night dropped on the world.
I have seen from my window
the fiesta of sunset in the distant hills.
Sometimes as a coin
a piece of sun lit up in my hands.
I remembered you with my soul clenched
sorrow that you know me.
So where were you?
Between which genes?
Saying what?
Why me all the love will come suddenly
when I am sad and feel you are far away?
The book fell that always closed at twilight,
and like a hurt dog at my feet rolled my cloak.
Always, always you recede through the evenings
toward the twilight erasing statues.
Poem 11
Almost out of the sky anchor between two mountains
half moon.
Whirling, wandering night, the digger of eyes.
See how many stars trizadas in the pond.
Mourning a cross between my eyebrows ago flees.
Forge of blue metals, nights of silent struggles
my heart is spinning like a crazy wheel.
Coming from so far girl brought from so far away,
fulgurece sometimes his eyes under heaven.
Whine, tempest, whirlwind of fury,
crosses over my heart, without stopping.
Graves brings wind, destroys, disperses your sleepy root.
Uproots large trees across it.
But you, fair girl, question of smoke, tang.
It was the wind that was forming with illuminated leaves.
Behind the nocturnal mountains, white lily fire
there's nothing I can say! It was made of all things.
Anxiety you left my chest with a knife,
it's time to take another road, where she does not smile.
Storm that buried the bells, murky swirl of storms
why play it now, what sadden.
Ay follow the path away from everything
where it is not by addressing the anxiety, death, winter,
with their eyes open in the dew.
Poem 12
To my heart just your chest,
enough for your freedom my wings.
From my mouth reach to heaven
I was sleeping above your soul.
It is you the illusion of each day.
You arrive like the dew to the corolla.
Undermine the horizon with your absence.
Eternally in flight like the wave.
I said that you sang in the wind
as pines and like the masts.
Like them you are tall and taciturn.
And suddenly saddened as a journey.
Welcoming as an old road.
You populate echoes and nostalgic voices.
I woke up and sometimes migrate and flee
birds sleeping in your soul.
Poem 13
I've been checking with crossfire
the atlas of your body.
My mouth was crossing a spider hiding.
In you, behind you fearfully thirsty.
Stories to tell to the edge of twilight,
sad and sweet doll, you were not sad.
A swan, a tree, something distant and cheerful.
The season of grapes, ripe and fruity time.
I who lived in a harbor from which I loved.
Cross sleep solitude and silence.
Cornered between sea and sadness.
Soundless, delirious, between two motionless gondoliers.
Between the lips and the voice something goes dying.
Something winged bird, something of anguish and oblivion.
Just as the networks do not hold water.
My wrist, just left shaking drops.
However, something sings in these fugitive words.
Something sings, something climbs to my ravenous mouth.
oh able to celebrate with all words of joy.
Sing, burn, flee, like a belfry in the hands of a madman.
My sad tenderness, what you all at once?
When I reached the apex bolder and cold
my heart closes like a nocturnal flower.
Poem 14
You play every day with the light of the universe.
Subtle visitor, you arrive in the flower and water.
You are more than this white head that bind
as a cluster in my hands every day.
Nobody seem to you since I love you.
Let me spread you out among yellow garlands.
Who writes your name in letters of smoke among the stars of the south?
Oh let me remember you as you were then that still existed.
Suddenly the wind howls and bangs at my shut window.
The sky is a net crammed with shadowy fish net.
Here come all the winds, everyone.
Rain undresses.
Birds go by, fleeing.
Wind. Wind.
I can only fight the force of men.
The storm whirls dark leaves
and loose all the boats that were moored last night to the sky.
You're here. Ah you do not flee
You will answer me to the last cry.
Cling to me as though you were frightened.
However once a strange shadow ran through your eyes.
Now, now too, little one, you bring me honeysuckle,
and have even your breasts smell.
While the sad wind goes slaughtering butterflies
I love you, and my happiness bites the plum of your mouth.
As you will have suffered getting accustomed to me,
my soul alone and wild, my name that sends them all running.
We have seen many times the kissing burning eyes lucero
and over our heads the gray light unwind in turning fans.
My words rained over you, stroking you.
I loved your body long sunny nacre.
I think to own the universe.
I'll bring the cheerful flowers mountains, bluebells,
dark hazelnuts, and rustic baskets of kisses.
I want to do with you
what spring does with the cherry trees.
Poem 15
I like you calm because you are absent,
and you hear me from far away and my voice does not touch you.
It seems that your eyes had flown
and it seems that a kiss had sealed your mouth.
As all things are filled with my soul
you emerge from the things, filled with my soul.
Butterfly dream, you look like my soul
and you are like the word Melancholy;
I like you calm and you seem far away.
And you are a moaning, a butterfly cooing.
And you hear me from far away and my voice does not reach you:
Let me come with your silence.
Let me talk to you with your silence
clear as a lamp, simple as a ring.
You are like night, calmed, constellated.
Your silence is star, as remote and candid.
I like you calm because you are absent.
Distant and painful as if you had died.
One word then, one smile, is enough.
And I am happy, happy that it is not true.
Poem 16
(Paraphrase R. Tagore)
In my sky at twilight you are like a cloud
and your form and color are as I want
You're mine, you're mine, woman with sweet lips
and live your life my infinite dreams.
The lamp of my soul dyes your feet,
My sour wine is sweeter on your lips:
oh reaper of my evening song,
How lonely you to be mine dreams!
You're mine, you're mine, I'm shouting into the wind
afternoon, and the wind hauls on my widowed voice.
Huntress of the depths of my eyes, your plunder
water tight as your night look.
On the net you are my music, my love,
and my nets of music are wide as the sky.
My soul is born on the shore of your eyes of mourning.
In your eyes of mourning the land of dreams begins.
Poem 17
Thinking, tangling shadows in the deep solitude.
You are far away, oh farther than anyone.
Thinking, releasing birds, fading images, burying lamps.
Belfry of fogs, how far up there!
Stifling laments, milling shadowy hopes, taciturn miller,
will you face downward night, far from the city.
Your presence is foreign, foreign to me as a thing.
I think, great tracts of my life before you.
My life before anyone, my harsh life.
The oceanfront cry among the stones,
running free, mad, in the mist of the sea.
The sad rage, the shout, the solitude of the sea.
Headlong, violent, stretched towards the sky.
You, woman, what were you there, what ray, what vane
of that immense fan? You were far away now.
Fire in the forest! Burn in blue crosses.
Burn, burn, flame up, sparkle in trees of light.
Collapses, crackling. Fire. Fire.
And my soul dances, seared with curls of fire.
Who's calling? What silence peopled with echoes?
Hour of nostalgia, hour of happiness, hour of solitude.
among all my time!
Horn in the wind passes singing.
Such a passion of weeping tied to my body.
Shaking all roots,
assault of all the waves!
Rolling, happy, sad, interminable, my soul.
Thinking, burying lamps in the deep solitude.
Who are you, who are you?
Poem 18
Here I love you.
In the dark pines the wind disentangles itself.
Moon glows like phosphorous on the vagrant waters.
They walk the same day chasing.
Mist unfurls in dancing figures.
A silver gull slips down from the west.
Sometimes a sail. High, high stars.
Or the black cross of a ship.
Solo.
Sometimes I get up early and even my soul is wet.
Sounds and resounds the distant sea.
This is a port.
Here I love you.
Here I love you and the horizon hides you vain.
I love you still among these cold things.
Sometimes my kisses go on those heavy vessels
that cross the sea towards no arrival.
I see myself forgotten how are you old anchors.
springs are sadder when the afternoon moors.
My life grows tired, hungry to no purpose.
I love what I have not. You're so distant.
My loathing wrestles with the slow twilights.
But night comes and starts to sing.
The moon turns its clockwork dream.
They look at me with your eyes the biggest stars.
And as I love you, the pines in the wind,
want to sing your name with their leaves of wire.
Poem 19
Brown and agile child, the sun makes fruit,
Ripens wheats, twisting the algae,
made your beautiful body, your bright eyes
and having your mouth water smiling.
A black sun and anxious braided into strands
Black hair, when you stretch your arms.
You play with the sun as an estuary
and he leaves you in the eyes two dark pools.
Brown and agile child, nothing to you about me.
All of you away from me as noon.
You are the delirious youth of bee,
drunkenness of the wave, the force of the pin.
My somber heart seeks, however,
and I love your beautiful body, slim and loose your voice.
Sweet and short brown butterfly
as the wheat and sun, and water poppy.
Poem 20
I can write the saddest lines tonight.
Write, for instance: "The night is starry
and shiver, blue stars, far away. "
The night wind revolves in the sky and sings.
I can write the saddest lines tonight.
I loved her, and sometimes she loved me too.
On nights like this I held my arms.
I kissed her so many times under the infinite sky.
She loved me, sometimes I loved her too.
How to not have loved her great still eyes.
I can write the saddest lines tonight.
To think that I do not. Feel that I have lost.
Hear, more immense without her immense night.
And the verse falls to the soul like dew to the pasture.
Does it matter that my love could not keep her.
The night is shattered and she is not with me.
That's it. In the distance someone is singing. In the distance.
My soul is lost without her.
As though to my eyes search.
My heart looks for her, and she is not with me.
The same night whitening the same trees.
We, of that time, are not the same.
I no longer love her, true, but how I loved her.
My voice searched the wind to touch her hearing.
Other. She will be another. As before my kisses.
Her voice, her bright body. Her infinite eyes.
The no longer love her, true, but perhaps I love her.
Love is so short, and forgetting is so long.
Because through nights like this one I held her in my arms,
my soul is lost without her.
Though this be the last pain she causes me,
and these the last verses that I write for her.
The Song of Despair
Emerge your memory of the night when I am.
The river mingles its stubborn lament with the sea.
Deserted like the wharves at dawn.
It's time to go, oh abandoned!
Cold rain on my heart corollas.
Oh pit of debris, fierce cave of Shipwrecked!
The wars and the flights accumulated you.
From you the wings of the song birds.
You swallowed everything, like distance.
Like the sea, like time. In you everything sank!
It was the happy hour of assault and the kiss.
The hour of the spell that blazed like a lighthouse.
Anxiety pilot, fury of blind,
turbulent drunkenness of love, in you everything sank!
In the childhood of mist my soul, winged and wounded.
Lost discoverer, in you everything sank!
You girdled sorrow, you clung to desire.
Sadness stunned you, in you everything sank!
I made the wall of shadow.
walked beyond desire and act.
Oh flesh, my own flesh, woman whom I loved and lost,
to you in the moist hour, I raise my song to me.
Like a jar you housed infinite tenderness,
and the infinite oblivion trizó you like a glass.
It was the black solitude of the islands,
and there, woman of love, your arms took me.
There was thirst and hunger, and you were the fruit.
There were grief and ruins, and you were the miracle.
Ah woman, I do not know how you could contain me
in the land of your soul, in the cross of your arms!
My desire for you was the most terrible and brief
How difficult and drunken, how tensed and avid.
Cemetery of kisses, there is still fire in your tombs,
still the fruited boughs burn, pecked at by birds.
Oh the bitten mouth, oh the kissed limbs,
oh the hungering teeth, oh the twisted bodies.
Oh the mad coupling of hope and force
that we knotted and despaired.
And the tenderness, light as water and flour.
And the word scarcely begun on the lips.
That was my destiny and in it my longing traveled,
and in my longing fell, in you everything sank!
Oh pit of debris, everything fell into you,
what sorrow did you not express, what waves do not drowned.
From billow to billow you still called and sang
Standing like a sailor in the prow of a ship.
You still flowered in songs, you still broke in currents.
Oh pit of debris, open and bitter well.
Pale blind diver, luckless slinger,
Lost discoverer, in you everything sank!
It is the hour of departure, the hard cold hour
holding all night schedule.
The rustling belt of the sea girdles the shore.
Cold stars heave up, black birds migrate.
Deserted like the wharves at dawn.
Only tremulous shadow twists in my hands.
Oh farther than everything. Oh farther than everything.
It's time to leave. Oh abandoned.
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In the 1920s he was close friends with Luis Buñuel and Salvador Dalí, among many others
who later became influential artists in Spain. Despite the accolades from artists and critics,
he suffered from bouts of depression brought on largely by his inner conflict about his homosexuality.
He was tortured by the demands of being a celebrity in a homophobic society and the yearnings
of his gay soul.
During his lifetime only a handful of close friends were allowed to read the collection of
gay poems which would be published many years later as his Sonnets of Dark Love.
Here is one of them, entitled Love Sleeps in the Poet's Heart:
You'll never understand my love for you,
because you dream inside me, fast asleep.
I hide you, persecuted though you weep,
from the penetrating steel voice of truth.
Normalcy stirs both flesh and blinding star,
and pierces even my despairing heart.
Confusing reasoning has eaten out
the wings on which your spirit fiercely soared:
onlookers who gather on the garden lawn
await your body and my bitter grief,
their jumping horses made of light, green manes.
But go on sleeping now, my life, my dear.
Hear my smashed blood rebuke their violins!
See how they still must spy on us, so near!
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García Lorca
Sonetos del Amor Oscuro
Soneto gongorino, Llagas de amor, El poeta dice la verdad, Ay voz secreta del amor oscuro.
Los Sonetos del amor oscuro, o simplemente Sonetos, son una colección de sonetos escritos durante sus últimos años de vida por el poeta y dramaturgo ...
Paul Archer has translated into English Lorca's Sonetos del Amor Oscuro
Sonetos del amor oscuro (1936)
Sonnets of Dark Love
www.paularcher.net/translations/.../sonnets_of_dark_love/index.html
Sonnets of Dark Love. Paul Archer has translated into English Lorca's Sonetos del Amor Oscuro, Sonnets of Dark Love. Please click on the titles further down ...
May 10, 2012 - The poem is dated in May 1935, at the same time as Lorca was writing his famous sonnets of dark love. Author Manuel Francisco Reina, who ...
webdelsol.com/Marlboro_Review/lorca.html
Gongoran Sonnet in which the Poet Sends a Dove to His Beloved. I send this dove from Tuna to you. With its endearing eyes and whitest feathers it spreads ...
www.david-coonan.com/sonnets-of-dark-love/
Sonnets of Dark Love is a commission from the US chamber music collective Vivre Musicale, with funds provided by the Arts Council of Ireland.
telescoper.wordpress.com/tag/sonnets-of-dark-love/
Aug 28, 2012 - Posts about Sonnets of Dark Love written by telescoper.
[PDF]
www.unc.edu/depts/our/students/fellowship_supp/surf/.../sanford12.pdf
The Sonnets of Dark Love were among the last projects on which the Spanish poet Federico García Lorca was working when he was assassinated in 1936, ...
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The art critic and journalist Juan Ramírez de Lucas
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It was known that Lorca had a ticket to leave his homeland for Mexico as open hostility mounted
against the charismatic and openly homosexual author by Spain's right-wingers in Madrid.
But instead of leaving directly in early July, just days before Gen Francisco Franco
mounted a military coup against Spain's Second Republic, the author returned to his family
home in Granada.
It was here, a month into the conflict that he was dragged from his home by a fascist
death squad and shot, and his body thrown in an unmarked grave where it still lies to this day.
Now, a collection of papers has come to light following the death of Juan Ramirez de Lucas,
a journalist and art critic who had kept his relationship with Lorca a secret until his death,
aged 91, in 2010.
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The archive, which was kept in a box and given to the Ramirez's sister for publication
on his death bed, includes a poem written in Lorca's hand on the inside cover of textbook
and a letter sent by the poet to his lover dated July 18, 1936, a day after war broke out.
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